El linaje

La llegada de un nuevo linaje

Las recuas de mulas cargan añil con destino a Guatemala. La exportación del colorante está en su apogeo. El frío matinal y las calles empedradas rebozan de vida a Santa Tecla. La imponente vista del volcán de San Salvador deleita hasta a los más exigentes. El aroma de las flores, que con gran maestría cultivan sus agraciadas dueñas, embellece los jardines de cada casa. Desde 1858, cuatro años después de su fundación -1854-, han vivido los Guirola, una de las más adineradas y enigmáticas familias de El Salvador, quienes en su máximo esplendor llegaron a poseer gran parte de Santa Tecla y sus alrededores.
El linaje de la familia Guirola de El Salvador desciende de la Península Ibérica. Rafael María Guírola (Peninsular) se asentó en Zacatecoluca a inicios del siglo XIX, se casó con Gertrudis de la Cotera y González (salvadoreña). De su matrimonio nació Ángel Guirola de la Cotera (1826-1910), fue este personaje quien lanzó su apellido a los círculos sociales más altos del país.

A base de mucho trabajo logró amasar una gran fortuna. En sus inicios impulsó la exportación de añil hacia Guatemala, Europa y Nueva York. Luego aprovecho el auge cafetalero en el país, y obtuvo de la municipalidad predios baldíos que le sirvieron para el cultivo del grano de café. Estos terrenos los convirtió en las fincas  “El Cafetalón” y ”San Rafael”.


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